sábado, 17 de diciembre de 2016

Capitulo 9

– ¡Hola! –Naly saca la lengua en expresión de saludo.
–Hola Naly , –un poco tímido por la sorpresa de volver a encontrarla– ¿son tus amigos?–...sentí un pequeño alivio al saber que eran conocido, me imagine que no habría ningún malentendido.
–Pues ellos son amigos de Derek mi novio.
"Mi novio"... esa palabra entró por mi oído y se dirigieron directo a mi conciencia, que hizo una especie de corto circuito, y dicho circuito fue directo al corazón.
–Que bien entonces, menos mal que son novios ¿no creen chicos? –le digo sonriendo.
–Si. Mira, deja te presento, Derek él es Ardo. –Naly se ríe
Con risa molesta – "¿Ardo?" Te ardes o que pasa...–los tres se ríen, como unos zopencos. –...ese nombre que.
– ¡Me llamo Armando para ti! –le contestó molesto.
–No te vayas a arder...–mientras siguen mofándose.
–Derek. Es solo su apodo, es Ardo de un videojue... –Sin terminar la palabra Derek la empuja.
–Te dije que enfrente de mí no dijeras esas pendejadas de otakus. –Se dirige hacia mí – ¿qué relación tienes con ella o qué?
– ¡Oye imbécil, ¿qué te pasa?! –me abalanzo hacia él, mirándolo fijamente a sus ojos, y levantando las manos. –Quien te crees para elegir los gustos de las personas.
–Los videojuegos son para estúpidos. ¿Escuchaste Nallely? Por lo mismo ese imbécil de Melvin tiene que pagar una cuota. Tipo vieja escuela "anti-otakus".
–Derek espera...–Nallely intenta explicar desesperadamente...– es nuevo, es de primero. Me ofreció un cigarro y platicamos, nada fuera de lo normal.
–Carajo Naly, sabes que no puedes estar fumando en tu condición.
De un empujo hago que casi tropezara Derek hacia suelo.
Sus amigos me detienen para querer golpearme. Pero Naly se pone entre nosotros.

– ¡No Armando!...–nos detiene a ambos. –... fue mi culpa, a Derek le gustaría que fuera alguien normal.
Un poco en silencio, y siendo sinceros. Muy pero muy decepcionado por lo que me acaba de decir Nallely.
–Pero no tiene ningún derecho a empujarte él no es nadi...–Sin terminar la palabra  Nallely me abofetea.
La observo lleno de ira por su comportamiento. Y observo sus ojos lagrimosos diciendo al sonido del aire.
–Perdón...

Tomo mis cosas y Melvin y yo seguimos caminando.
En el transcurso del camino ninguno de los dos dijo ni una sola palabra. Yo estaba molesto y Melvin se sentía un poco incómodo.
–Armando, disculpa por meterte en problemas.
– ¿Como? Ah eso. No me has metido en ningún problema al contrario espero y no te molesten más. Una cosa si te digo... –lo tomo del hombro...–no te dejes de nadie.
Supe que a Melvin se le grabaron esas palabras. Todo el resto del camino lo mire pensativo.
Nos separamos y seguí mi camino a casa. Un poco molesto aun por lo sucedido, pensé demasiado en Derek, como es posible que exista gente así de arrogante como ese maldito.


Doble a mi casa y en la puerta de mi casa estaba Nallely llorando con un golpe en su mejilla.

Nallely estaba sentada en las escaleras de la entrada de mi casa.
Se levantó al verme y observe que tenía un golpe en su mejilla izquierda. Estaba llorando. Me abraza tratando de calmarse.

–Derek se molestó, dijo que siempre era lo mismo que nunca cambiare... Le reclame muchas cosas ¿sabes? Le dije lo mal que me sentía...– contrajo más su cuerpo con el mío un poco más fuerte. ...– que odiaba que quisiera controlarme, que sé que lo hace para cuidarme pero ese no es el modo.
Seguí escuchándola, estaba molesto por lo sucedido. Sentí mucha pena por ella me sentí muy mal, la abrazo fuerte.
–Me alegra saber que te dieras cuenta. No te conozco y ni me conoces, ni mucho menos a Derek, paso por alto, la  historia que ahí entre ustedes. Pero al mirar lo que acaba de pasar. Fue más que suficiente para suponer de qué trataba su relación. Me molesto por que no creí que fueras ese tipo de personas, olvida que me abofeteaste...
–Perdón... –me dice llorando Naly
–... como sea. Me caes bien y el solo hecho de saber en dónde vivo te hace una acosadora...– me quedo en silencio.
Naly voltea y me mira sonreír. Mira la sonrisa que la enamoro cuando me conoció. La sonrisa des preocupante. Observo sus ojos entre ese rimen corrido por sus llantos y me siento feliz por ella.
Me abraza más fuerte y sigue llorando.

Después de un tiempo Derek dejo de molestar a Melvin, creo que su otra novia. 
Cabe mencionar que la engañaba  con alguien de otra escuela. En fin le quiso hacer lo mismo a su otra novia. Pero el papa de ella, era alguien un poco tratable y muy conocido en las redes del narco-menudeo o mercado negro. Jamás volvimos a saber de Derek. Dicen que su novia tiene la cabeza de el en su alcoba. Mitos nada más.
En cuanto a mí. Le presente a mis amigos a Nallely. Les agrado demasiado. Salía con nosotros nos divertíamos mucho, íbamos al cine, en una ocasión estábamos sentados en la fila de atrás y lanzábamos cosas a las personas. Cuando volteaban gritando, nosotros nos escondíamos y ella quedaba al descubierto

–Señor guarde silencio no ve que quiero  ver la película. –les decía Nallely con una voz tierna.
Como era una chica linda nadie le hacía nada o decía nada. Conoció a mis padres, igual que yo conocí a los suyos. Que, aunque éramos amigos ellos ya querían ponerles nombre a sus nietos.
Me invito a su habitación, tenía una muy buena colección de mangas, las revistas japonesas. Tenía muchos blue-ray de mis animes favoritos. Su alcoba era envidiada por mí. Tenía muchos videojuegos, desde los más nuevos hasta una  colección muy retro. 
Era perfecta para mí.

Paso el tiempo demasiado a prisa, yo estaba en cuarto y ella en sexto. Ya faltaba nada para graduarse, siempre le recordaba.
–Falta poco ¿he?
Para irnos a nuestras casas ya no esperaba a mis amigos, ellos entendían la situación. Saliendo del plantel le ofrecí un cigarro y nos sentamos donde nos conocimos.
–Acabo de sentir un deja-vu...– le dije sonriendo y tirándole una mordida en su cabeza...–aquí fue donde te me declaraste sin mal no recuerdo.
–Sigues con eso... te dije que tu sonrisa era linda solo eso. Tú te fuiste más allá de las nubes...–ambos reímos.
Me la pasaba demasiado bien con ella. Nos entendíamos de todo. Congeniábamos demasiado bien y teníamos los mismos gustos.
Prendo su cigarro e inhala, yo igual prendo el mio e inhaló.
Ella tose un poco.

–Tranquila ni que fuera marihuana.
Entre su ataque de tos me dice sonriendo.
–Ojala...
Un minuto de silencio nos inundó.
– ¿Segura?
–Claro que sí. –me entendió perfectamente a lo que me refería.
Fuimos a mi casa y no se encontraba nadie. Naly pasó y me esperó en la sala. Entre ala habitación de mi hermano a buscar lo que queríamos, pero no encontré nada.
–No lo encontré, no creo que tenga.
–Diablos sería la primera vez que lo hiciéramos... – me lo dice entre gemidos y con la voz suave y dulce al oído.
–Lo sé... – trago saliva- que excitante se escuchó eso...
–Lo se me esmere para hacer que se escuchara así.
Reímos.
No teníamos marihuana pero eso no nos haría pasar un mal rato. Jugamos video-juegos, pedimos una pizza. Fumamos cigarrillos. Hasta oscurecer. Nos divertimos como siempre

–Es muy tarde, tengo que irme. –me dice Nallely mientras bosteza y se talla los ojos.
–Está bien, deja llamo un taxi–pido el taxi por teléfono–...Listo que  en veinte minutos llega. Lo esperamos afuera si quieres.
– ¡Seguro! ¿Tienes un cigarro?
Se lo ofrezco mientras estamos sentados en las escaleras de afuera. Recordando la vez que la mire aquí llorando. Sea lo que sea que tengamos yo me sentía a gusto y sé que ella lo estaba igual.
–Sabes Armando, perdón, Mr. Ardo. –ríe mirándome a los ojos.
La miro con cara de desigualdad.
–Buena esa... –la tomo de los hombro y la abrazo acercándola hacia a mí.

–Tengo cáncer.

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