sábado, 17 de diciembre de 2016

Capitulo 14


– ¡Resiste! – la voz de una mujer y la silueta de alguien se posa frente a mí. Golpeando al desquiciado del hacha.
–Maldita sea, sabía que para ser tu primer encuentro no terminaría bien. –Le reclama lucia al cuerpo inmóvil de Armando.
El tipo sonriente se lanza a una velocidad inhumana contra ella. Sosteniendo su arma enfrente de el para atravesarla. Lucia lo esquiva haciéndose a un lado y este es estampado sobre unos escombros por su misma velocidad. Se reincorpora rápidamente y pega un grito al aire. Un grito de niño enojado.
–No dejare que lo mates. No me importa dar mi vida por él. – Decididamente levanta los brazos a la altura del pecho, preparándose para pelear.
El sonriente la mira desquiciada mente y se abalanza hacia ella lentamente mientras golpea el suelo con su arma, haciendo brotar numerosas chispas. 
Sin ningún otro gesto que su diabólica sonrisa, salta hacia un lado impulsándose con su pierna derecha y dirigiéndose a Lucia.
Lucia se arquea hacia atrás mientras salta para esquivar su ataque. Y esta pasa por debajo de ella llegando a rasgar un poco su falda.

Lucia cae al suelo y se incorpora rápido sin darle la espalda. Observa que el  corto un poco de su falda.
–Así no puedo vencerte bastardo.
Se suelta el pelo y entre ellos saca dos cuchillos con símbolos extraños y vuelve a acomodarse el cabello haciéndose una pequeña cola. Les da vuelta y los acomoda en sus manos como una experta. Toma la falda y la corta un poco más de las rodillas hacia arriba.
El tipo quieto y sonriente, ladea un poco la cabeza y dice:
– Deja me adivinar –con voz de niño –...eres de los Kuja ¿no es así? Imagine que no tomarían parte de esta guerra. ¿Que los hizo cambiar de opinión?
– ¡Eso a ti no te importa! Lo importante ahora es, ¿si de verdad quieres morir? Hubieras empezado conmigo.
Lucia lanza un cuchillo a una gran velocidad que ni el ojo humano lo hubiera detectado. Este se lo clava en un costado al asesino. Pero sin inmutarse, simplemente lo mira y se lo manda de regreso. Lucia gira en el aire tomando con su mano el cuchillo que le regresó.
–Gracias, pero no lo quiero. – le dice lucia estando en el aire. –  Su brazo comienza a brillar y ese brillo comienza a desplazarse hacia el cuchillo, haciendo que brille de color azul. Se lo regresa antes de que ella tocara el suelo.
Pareciera como un fuego pirotécnico lleno de luz brillante azul. Pero el sonriente lo esquiva.
El extraño poder se impacta en la pared.

–Te falla la puntería princesa – el tipo se lanza sobre ella mientras zigzaguea y da vueltas a su arma. Haciendo que se tornara un rojo carmesí y un vapor emitiera de su hacha. Su arma estaba al rojo vivo. Lucia no saldría impune de ese ataque, sabiendo que el filo y esa temperatura elevada, la cortaría con facilidad.
Lucia aun con el brazo estirado por haber lanzado su ataque. Cierra el puño y el pequeño cuchillo que había lanzado, se regresa hacia ella. Clavándose en la espalda del sonriente. 
Se detiene rápidamente e intenta golpear con su hacha el cuchillo de su espalda para quitarlo dado que no lo alcanzaba con sus manos. 
Lucia sonríe y da un jalón con el brazo que tenía empuñado. El sonriente posa su cabeza hacia ella y su sonrisa desaparece, haciendo que solo una boca sin gesto alguno se formara en su cabeza. 
El sonriente explota.

Sin pensarlo dos veces ella corre rápido hacia Armando un poco agitada. Pone sus manos sobre mi espalda.
–Maldición, dime que aun ahí tiempo.
Sus manos comienzan a brillar de azul, y como paso con el cuchillo, la luz se traspasa al cuerpo inmóvil de Armando.

Una luz intensa comienza a llenar todo el lugar, una luz sin ninguna providencia, con un sonido agudo y ensordecedor, levanta a Lucia y Armando junto al resto de su pierna. Y comienzan a desvanecerse.

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