– Eso si fue una gran pesadilla. – intento recordar todo el sueño mas no lo logro, solo en partes. – que mas da un sueño es un sueño, supongo que se lo contare a alguien para que no se cumpla.–
Sonrió mientras me pongo algo formal para la escuela.
Todos en casa siguen dormidos, no los culpo, el sol no ha salido aun. Desayuno algo rápido mientras la pesadilla me da vueltas por la cabeza.
– Demonios se sintió demasiado real...
Una voz se adentra en mi cabeza.
– Armando puedes leer la teoría de conversión de números cuánticos por favor – .
Escucho la voz pero no ahí nadie. ¿Que esta pasando?
– Armando por favor ya estas grande para ignorar al profesor.
– ¿Profesor? ¿Que esta pasan...?
–!ARMANDO¡ – El grito de la maestra de álgebra me despierta de mi pensamiento.
– Lo siento profesora. No dormi bien anoche, aun no despierto por completo. – mientras cojo el libro que ni siquiera estaba abierto.
– diablos me enrolle en ese sueño que no me di cuenta que estoy en clase.– pensé.
– !La pagina cuarenta y siete por favor¡ . Por dios Armando ni siquiera has traído pantalones.
–¿pagina cuarenta y siete?, veamos...¿donde esta?...¿ ni si quiera he traído pantalones?... –
observo mis piernas y estoy en calzoncillos.
Salto de susto del pupitre. Las risas empiezan a rodearme. Mis compañeros empiezan a crecer como gigantes. O seré yo quien se esta en cojiendo de la vergüenza.
Era el típico sueño del tipo en el que queda en ridículo. Corro hacia el pasillo de la facultad. Y la puerta se cierra detrás de mi, el panorama de la escuela empieza a deteriorarse, los pasillos se agrietan y un inmenso liquido viscoso y espeso sale de las paredes.
Al final del pasillo estaba Lucia , la reconocí por su vestimenta de "hija de papa ",ala que nunca dejan salir a ningún lado, hací es, falda larga un saco gris, nada escotado, la observó fijamente.
Una amiga de ella decía que el año pasado fueron a Puerto Vallarta junto a sus padres, ni siquiera por el clima agradable en el que se encuentra ese lugar. Ella seguía usando falda larga y zapatos .
Al seguir observándola, me acerco al oírla llorar, no quería que me viera en calzoncillos así que mejor la ignore.
– Ya es hora, ya no ahí salvación ni mucho menos tu podrás salvarlos– al decir esas ultimas cuatro palabras su voz se torno grave.
Reconocí la voz, era del mismo padre del sueño anterior. Lucia se da la vuelta, para mi sorpresa era el tipo de la sonrisa diabólica que me encontré en aquella habitación.
– Armando bienvenido al Opus Dei.
Un poco atónito por el cambio radical que acaba de pasar, Lucían levanta su brazo izquierdo y unas garras largas brotan de su axila. Retrocedo un poco, pero es demasiado tarde me las encaja en el pecho. Siento un dolor que nunca me imagine a pesar de que es un sueño, me duele no lo soporto, quiero despertar pero no puedo.
– No despertaras hasta que mires esto –.
Con sus garras clavadas en mi pecho, empieza a tirar fuerte, como si quisiera arrancarme el corazón. Me patea ,a su vez sacando algo filoso, una espada, saco una espada de mi pecho.
El dolor es tan inmenso que caigo desangrando me, siento como el dolor y la perdida de sangre me nublan la vista, siento mi sangre recorrer mi cuerpo. Mi sangre. Fría.
– ¿ sangre fría?
Abro los ojos y me encuentro en mi casa, en mi cocina, sentado . Me quede dormido mientras desayunaba. Nunca me había pasado algo similar, tengo leche fría del cereal que se derramo por accidente, mientras dormía sobre toda mi ropa... Sonrió.
– ahí esta tu sangre fría Armando.
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